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jueves, 2 de agosto de 2007

Sausal - en la Antigüedad

Sausal vive esplendorosamente desde la época del Perú Antiguo, como testifica los estudios que alimentan la historia del Perú. *Sausal, toma parte de la cultura Cupisnique. Esta Cultura Antigua fue descubierta hacia 1933 por Rafael Larco Hoyle. El principal asentamiento de los Cupisnique se encuentra en la actual hacienda Sausal, ubicada, al este de Ascope, Trujillo. Por asociación, y en base a la técnica empleada en su cerámica, se le relacionó tempranamente con Chavín de Huantar y se le denominó la variante costeña de esta cultura o como chavinoide. Tras estudiar la secuencia cronológica de esta cultura se pudo definir con exactitud que Cupisnique fue un desarrollo cultural propio de la zona y con características bien definidas.

La mayoría de sus construcciones presenta paredes con adobes cónicos, con coincidencia en las bases, agrupados en doble fila unidos con argamasa de barro o bien realizados con grandes piedras como cimiento, y sobre ellas, se colocaron los adobes o bien piedras que junto a otras más pequeñas formaron los sólidos muros de sus construcciones.

Sin duda lo mas representativo de esta cultura es su cerámica. Moldeada y cocida en hornos cerrados, estos ceramios tienen la particularidad de poseer en su mayoría los colores rojo, marrón, crema y negro, pero por deficiencia en la cocción tienden a presentar un color anarajando. En su mayoría, estos ceramios son cántaros globulares con asa estribo y con decoración incisa en todo su cuerpo. Las figuras escultóricas, muchas de ellas de tipo realista, representan hombres, animales y frutos. También trabajaron la talla en turquesas, conchas y huesos. La presencia de elementos panandinos como el jaguar, el cóndor y serpiente indica un contacto con culturas del mismo horizonte.
*EDUCARED - WWW.educared.com.pe

domingo, 27 de mayo de 2007

SAUSAL - Su Creación

Sausal, vive una etapa de esplendor, después que nuestros antepasados resaltaron la cerámica. En esta época de auge, belleza, adornado por sus alegres ficus, ensoñadores sauce y verde panorama cañaveral; siembra productora y progresiva, traída a nuestro suelo por los conquistadores españoles.

El pintoresco pueblo de Sausal, cuyo origen empieza con setenta (70) fanegadas de terreno en la vega del río Chicama, que pertenecía a ese entonces al llamado marqués Juan Herrera Salazar, esto aproximadamente en 1750, verídica fundación, con la denominación de “SANTO DOMINGO DE SAUSAL”.

Como nada es estático, Sausal también evolucionó y se convirtió en una pequeña estancia que enseñoreaba su belleza y contagiaba la alegría de sus sauces, que hacía mérito al nombre de la población.

En 1871, pasa a manos de don Luis Albretch, ciudadano alemán, empresario, que se encargó de darle mayor impulso al cultivo de la caña de azúcar, pero tuvo que soportar la inevitable ocupación chilena durante la Guerra del Pacífico en 1880, que desequilibró los bríos de grandeza agrícola.

Posteriormente, ya en 1889, Albretch, entrega Sausal, a otros poderosos alemanes, los señores Gildemeister, afincados ya en el Valle Chicama, como parte de pago de una deuda.

Con el devenir de los años, sufrió traspases de propiedad, y de forma de administración, hasta llegar al Consorcio Empresa Agrícola Chicama Ltda.., identificada como la Empresa azucarera más poderosa del mundo; pasando por Cooperativa Agraria Azucarera; hasta llegar ahora, al sistema de Sociedad Agrícola Anónima

Desde el año de 1871, funcionaba una fábrica para moler la caña de azúcar, (hoy local del Colegio Nac. “José Carlos Mariátegui” y talleres de la Administración Sausal – aún se conservan alguna parte de las instalaciones) la misma que duró hasta 1912, año que fue clausurada su labor, pasando la molienda al ingenio azucarero de Casa Grande.

En 1925, y en 1998, Sausal, quedó prácticamente destruido por un aluvión, causado por la presencia en la Costa norte del Fenómeno de “El Niño”; pero con trabajo y tesón de los pobladores poniendo el hombro y trabajando codo a codo, Sausal nuevamente florece, renaciendo como hermoso y querido, acogedor y franco, orgullo de los sausalinos y de todos los que tenemos la suerte de integrar su comunidad.